23 Abr De ruta con Gloria llega a Fabara y visita su depuradora ecológica
Llegamos a Fabara el Día de Aragón y nos encontramos con un territorio fuerte, orgulloso de sus raíces y su comunidad.
Visitamos la depuradora ecológica municipal, un proyecto que a pesar de todas las dificultades por las que ha pasado ha conseguido situarse como una iniciativa pionera y sostenible medioambientalmente.
Para conocer la iniciativa charlamos amigablemente con el alcalde de Fabara Francisco Domenech, un enamorado de su pueblo y un firme defensor de la Municipalidad y del desarrollo rural como herramienta para la permanencia de los pueblos.
La idea de esta depuradora ecológica surge en 2003, cuando por orden europea y española, se establece la necesidad de depurar las aguas residuales antes de verterlas al río, para evitar daños y minimizar el impacto medioambiental que los vertidos ocasionan a ríos, peces y flora fluvial. En aquel momento inicial, el Gobierno de Aragón ofrecía la posibilidad de adquirir competencia en materia de depuración de aguas, para construir y gestionar depuradoras industriales en terrenos municipales. Esta opción no convenció al consistorio favarol, principalmente por la pérdida de soberanía que ello implicaba, además del despilfarro económico y el impacto medioambiental que provocaban los materiales químicos y el gasto energético que provocaban las depuradoras industriales.
Es en ese momento cuando deciden investigar otras opciones y buscar alternativas que les permitan tener una depuración de aguas más sostenible y ecológica que provoque un menor impacto ambiental y que les permita mantener la competencia en esta materia. Así, llegan a la universidad Politécnica de Madrid, donde encuentran un modelo que se ha puesto en marcha en la estación de Atocha y en el aeropuerto de Reus, y que les convence lo suficiente como para ponerse en marcha en Fabara. Después vendrán el proceso de compra de terrenos para la construcción y la ejecución del proyecto, el periplo burocrático con diferentes administraciones para poder legalizar la depuradora y la posterior puesta en marcha gracias a recursos propios de la Ayuntamiento y algún apoyo externo como el del Grupo de Acción Local de la zona, CEDEMAR.
El funcionamiento de la depuradora ecológica se inicia con la llegada de las aguas residuales a un pozo de gran profundidad, en el que se generan bacterias anaerobias. Después de permanecer allí durante un día, el agua se mueve por canales circulando hacia las balsas de monocultivo de aneas, un tipo de planta cuya raíz permite filtrar oxígeno que activa las bacterias que se nutren del residuo de las aguas y así, limpiar el agua en un 90% aproximadamente. No necesitan electricidad, no necesitan químicos, no hay prácticamente cemento y se ha generado un ecosistema en el que la biodiversidad tiene su alimentación asegurada.
Al rededor de la depuradora, además, se han generado otras actividad que enriquecen social y económicamente el territorio: Todos los veranos, se ofrece la posibilidad de contratar a jóvenes de la localidad para que sieguen las aneas, las sequen y las organicen en fardos para su posterior venta o utilización en talleres de artesanía en los que participan los vecinos de Fabara. Es una manera de facilitar una primera experiencia laboral y al mismo tiempo realizar una labor pedagógica en la propia localidad.
Después de despedirnos de Francisco, damos un paseo por la Depuradora e intercambiamos las reflexiones que nos ha dejado el Alcalde en nuestra interesante y animada charla. Esta entrevista ha sido mucho más que hablar sobre depuración de aguas residuales. Ha sido una reflexión sobre la importancia de la soberanía de los pueblos y de su municipalidad, una llamada a ser firme en las convicciones, a hacer economía política y no política económica y a luchar por los intereses de la comunidad para fortalecer el arraigo y construir territorios fuertes. Algo que solo puede hacerse desde la responsabilidad y el compromiso, tanto de los propios ciudadanos como de las instituciones.
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